viernes, 13 de julio de 2007

EL PAPEL DEL ESTADO MEXICANO EN LA ECONOMÍA

1.1 ANTECEDENTES


1.1.1
Proceso de Institucionalización y Crecimiento Económico


Durante el periodo cardenista, se consolidó la institucionalización del proceso revolucionario que se había venido gestionando principalmente, desde el maximato callista. Entre otros hechos, la institucionalización implicó la formación del partido oficial, a través del cual se habrían de resolver las desavenencias entre los distintos jefes revolucionarios.
La creación de instituciones y el control que se logró ejercer paulatinamente sobre caciques, caudillos y militares -a través de la cooptación y la fuerza-, permitió que en al interior del país se generara un clima de tranquilidad política.
Por otra parte, durante el cardenismo se logró la alianza entre el Estado y los trabajadores. Esta alianza, trajo consigo el control de obreros y campesinos por medio de la manipulación de sus demandas. Las cuales asimismo, se llevaron a cabo a través de las organizaciones corporativas que los representaban, como la Confederación de
Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Nacional Campesina (CNC), que se convirtieron en pilares del partido oficial (Partido de la Revolución Mexicana).
Esta alianza Estado-trabajadores tuvo resultados bidireccionales, como; El reparto de tierras que creció vertiginosamente, y el apoyo incondicional de los campesinos al
Estado a través de la CNC; el apoyo del Estado a las demandas de los obreros –como el derecho de huelga, la existencia de un salario mínimo etc.-, y el apoyo y respeto a la decisión gubernamental que logro el Estado al llevar a cabo la expropiación petrolera.
Una tercera alianza que logro el Estado, fue la denominada popular, que encauzó las demandas de los sectores medios y de los grupos urbanos, quienes carecían de representatividad por la vía laboral. Ésta llegó a ser una parte importante de la clientela política, del entonces denominado Partido de la Revolución Mexicana.
Los empresarios también se agruparon en confederaciones, las cuales no solamente mantenían diálogos con el gobierno, sino que ejercían presión sobre él.
La integración de corporaciones al Estado –ligadas directa o indirectamente-, a la vez que permitían el control por parte del gobierno sobre la sociedad, contribuían a lograr la pacificación del país. Éste fue uno de los prerrequisitos para las buenas expectativas, y por tanto de atraer inversionistas que apostaran sus capitales en el país.
La estabilidad política, el control de los trabajadores y los múltiples estímulos de carácter económico-jurídico que los empresarios recibieron por parte del Estado, fueron elementos sustanciales del proceso de crecimiento económico que se dio a partir de la década de los treinta y que continuó hasta los sesenta.
De esa forma los años posteriores a la institucionalización, hasta la década de los sesenta, se caracterizaron, entre otras cosas, por un crecimiento de la producción interna bruta, una ampliación y consolidación del marcado interno, etcétera. Y a través de ésta mayor producción, una transformación en la estructura productiva, debido al apoyo e impulso de la industrialización.
Se pudo observar igualmente, que la transferencia de los recursos del sector agropecuario al sector industrial (de manera directa, por vía de la utilización de recursos derivados de las exportaciones agropecuarias para estimular el desarrollo industrial; e indirecta, a través de los bajos precios de los productos y de la mano de obra del campo), fue una de las causas que explican la caída de la producción agrícola en los años sesenta, el proceso continuo de migración rural-urbana, y que condujo finalmente a un explosivo y desordenado crecimiento urbano.
Es de tomar en cuenta finalmente, que fue durante este periodo, cuando da inicio gran parte de la problemática por la que hoy día atraviesa el campo y la ciudad.





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